
“Me enseñó a reír más y a disfrutar de las cosas simples de la vida.”
La vida de Rony antes de Tony no era la misma, era más monótona y aburrida. Entonces conoció a Tony por una amiga que adoptó a su hermanito. En ese momento no sabía que estaba a punto de adoptar no solo un perro, sino un pedazo enorme de alegría, amor y caos. No solo cambió su rutina, cambió su corazón.